Cricricricri… Hay 15 grillos en tu zumo
Cricricricri. Cajas de huevos. Cricricricri. Pedazos de manzana. Cricricri. Es la fábrica de dos chicos que hacen zumo de grillos, manzana y jengibre: el Femten Farekyllinger, que se traduce por “15 grillos”, la cantidad que hay en cada botella.
Los emprendedores Jakob Rukov y Philip Price explican que lo han diseñado “de manera no intrusiva”, por lo que no encontraremos ni alas ni antenas flotando en el mejunje. “Creemos que los insectos le añaden un punch al zumo porque tienen umami, que equilibra la potencia del jengibre”. Y seguro que también algunas proteínas.
“Los insectos formarán parte de nuestra alimentación en el futuro y cada vez más hay la conciencia de que será inevitable. Por supuesto que los insectos no serán las únicas soluciones del futuro, pero formarán parte de una serie de productos nuevos, sostenibles y nutritivos”, dicen los creadores.
La extraña bebida se presentó ayer en el bar Depanneur de Copenhaguen, donde ya se han inventado un par de cócteles con él, el Gin Cricket, con ginebra y tónica, y el Cricket Storm, con ron. Y afirman que ya han dado a probar el zumo y que “en general hay una reacción muy positiva”.
Rukov es biólogo y propietario de Bugging Denmark e InsectKBH, empresas que forman parte del food loop de Copenhaguen, un modelo de economía circular y autosostenible mentado por Bioark, que se encarga de unir empresas del mismo sector con la finalidad de que entre ellas aprovechen sus residuos.
Así, los grillos de Rukov y Price se alimentan de los pozos del café que usan en la empresa Beyond Coffee, que a su vez usa café para cultivar setas. El círculo se cierra con los excrementos de los grillos, que sirven para fertilizar los campos del agricultor TagTomat.
